Testimonios de Impacto: Leocadia – Cuba

«Soy ama de casa y campesina de pura cepa, pero aporto todos mis saberes. Soy miembro de esta iglesia y siempre estoy ayudando en lo que puedo». Leocadia, de 70 años, ha estado trabajando con la Iglesia del Huerto de la Comunidad de Sevilla para cultivar una pequeña granja en una parcela de tierra adquirida por la iglesia en. Su propia historia es un testimonio de resistencia personal y la importancia del apoyo comunitario.

«Cuando el Arzobispado compró esta casa para iglesia, siempre soñamos con tener un huerto para beneficiar a las personas enfermas y con dificultades económicas de nuestra comunidad», explica Leocadia. «Era un terreno malísimo pues los antiguos dueños tenían un taller de mecánica. Con la ayuda de Dios, el empeño del Padre Yosbel y la gran colaboración de los hermanos del Centro Loyola ha sido posible.»

Para las comunidades rurales de Cuba, las oportunidades de progreso económico se encuentran en las empresas agrícolas y las redes agrícolas. Las pequeñas parcelas de tierra se utilizan para la agricultura de subsistencia y proporcionan algunos ingresos adicionales a las comunidades que tienen poco acceso a un empleo significativo y están sujetas a la volatilidad de la economía cubana. La Red de Centros Loyola, apoyada por los jesuitas y asociada a la Federación Internacional de Fe y Alegría, ofrece talleres para ayudar a que prosperen estas iniciativas locales. Los expertos trabajan con los agricultores locales para reforzar sus conocimientos económicos y técnicos, mejorando la sostenibilidad y la producción.

Leocadia, junto con su sobrina y el apoyo de su comunidad, ha conseguido convertir la parcela abandonada en una floreciente pequeña granja con productos variados. «Tenemos sembrado de todo un poquito», ella explica. Incluso a pesar de las dificultades de cultivar esta tierra, Leocadia es generosa con todos los productos de la granja. «Cuando recogemos las cosechas las compartimos pues esto está muy difícil y siempre hay que ayudar al que más lo necesita (enfermos, embarazadas, niños)», explica, «pero además vendemos a la comunidad a precios moderados, y así la cosa es más suave».

Otro problema al que se han enfrentado las granjas de la Comunidad de Sevilla son las plagas e insectos que siguen amenazando sus cultivos. En lugar de recurrir a productos químicos nocivos y costosos, el Centro Loyola de Santiago de Cuba está prestando asistencia a los miembros de la red agrícola SIEMBRA y COMPARTE, que se puso en marcha recientemente en el país. Este apoyo adopta la forma de formación y capacitación esenciales en remedios orgánicos. «Las plagas han afectado varios cultivos, pero el ingeniero siempre viene y nos asesora con esta situación. Nos han traído micro organismos eficientes y tabaquina, porque no echamos productos químicos, nuestras producciones son eminentemente orgánicas.», comparte Leocadia.

Gracias al apoyo de los Centros Loyola, 13 agricultores productores y trabajadores pudieron recibir orientación sobre producción de plantas ornamentales, control de plagas y prácticas agroecológicas. Estas prácticas, junto con una amplia formación en contabilidad fundamental, creación de balances, preparación de presupuestos y elaboración de hojas de costes, les han ayudado a estabilizar su producción y aumentar sus beneficios. Los beneficios de estos programas se extienden a muchos aspectos de la vida de estas comunidades rurales: sostenibilidad ecológica, crecimiento económico y desarrollo comunitario, por nombrar sólo algunos.

Testimonios de Impacto – Samantha

El Loyola Jesuit Secondary School (LJSS) de Malawi responde a las diversas necesidades de los estudiantes y les ayuda no sólo a crecer académicamente, sino también a florecer emocionalmente en una comunidad solidaria. La escuela, que ofrece instalaciones de internado, garantiza que todos los estudiantes, especialmente las niñas y los que viven en zonas rurales, puedan beneficiarse de una educación jesuita de calidad. En los últimos años, el LJSS ha ampliado la forma en que lleva a cabo el ideal ignaciano de cura personalis -cuidado de la persona- reforzando su Centro de Salud y Bienestar y garantizando la salud emocional a través de un programa de consejería.

El Centro de Salud y Bienestar ha sido enormemente útil para mejorar la salud física y el bienestar de los estudiantes. A través del centro, LJSS presta servicios de salud in situ a los estudiantes con una calidad de servicio puntual y excepcional. Se ha ahorrado tiempo porque ahora los alumnos pueden acceder a la atención primaria dentro del recinto escolar sin tener que ir al hospital del distrito, a menudo saturado. La alumna de cuarto curso Linly compartió su experiencia diciendo: «… es muy importante tener la clínica cerca en el campus de la escuela porque las enfermedades se detectan más rápido que cuando teníamos que desplazarnos fuera para este tipo de servicios». [diagnosed]

Del mismo modo, LJSS ha tratado de cuidar de la salud mental y el bienestar de todos los estudiantes, manteniendo un consejero profesional en el personal. Samantha, una de las estudiantes de LJSS se ha beneficiado de los servicios de consejería. Ella explicó: «Cuando estaba en tercero de primaria, me di cuenta de que necesitaba a alguien que me escuchara… Sabía que podía expresar mis preocupaciones sin que nadie me juzgara». Para muchos estudiantes, el internado en el LJSS es su primera experiencia de vida lejos de la familia y de su comunidad. Los estudiantes necesitan apoyo y recursos adicionales en el campus que les ayuden a vivir de forma más independiente. Samantha compartió que su consejero «me ayudó a superar el problema y me escuchó atentamente. Recomendaría los centros de consejería a cualquiera que necesite ayuda y ser escuchado.»

En el LJSS, la educación inclusiva no es sólo una filosofía; es un compromiso arraigado en la creencia de que la educación es un derecho para todos, no un privilegio. Mientras la escuela sigue defendiendo los valores de la inclusión, la atención holística y la educación de calidad, sigue siendo un hogar seguro para los alumnos, demostrando que todas las personas tienen derecho a prosperar académica, física y emocionalmente.