El Loyola Jesuit Secondary School (LJSS) de Malawi responde a las diversas necesidades de los estudiantes y les ayuda no sólo a crecer académicamente, sino también a florecer emocionalmente en una comunidad solidaria. La escuela, que ofrece instalaciones de internado, garantiza que todos los estudiantes, especialmente las niñas y los que viven en zonas rurales, puedan beneficiarse de una educación jesuita de calidad. En los últimos años, el LJSS ha ampliado la forma en que lleva a cabo el ideal ignaciano de cura personalis -cuidado de la persona- reforzando su Centro de Salud y Bienestar y garantizando la salud emocional a través de un programa de consejería.

El Centro de Salud y Bienestar ha sido enormemente útil para mejorar la salud física y el bienestar de los estudiantes. A través del centro, LJSS presta servicios de salud in situ a los estudiantes con una calidad de servicio puntual y excepcional. Se ha ahorrado tiempo porque ahora los alumnos pueden acceder a la atención primaria dentro del recinto escolar sin tener que ir al hospital del distrito, a menudo saturado. La alumna de cuarto curso Linly compartió su experiencia diciendo: «… es muy importante tener la clínica cerca en el campus de la escuela porque las enfermedades se detectan más rápido que cuando teníamos que desplazarnos fuera para este tipo de servicios». [diagnosed]

Del mismo modo, LJSS ha tratado de cuidar de la salud mental y el bienestar de todos los estudiantes, manteniendo un consejero profesional en el personal. Samantha, una de las estudiantes de LJSS se ha beneficiado de los servicios de consejería. Ella explicó: «Cuando estaba en tercero de primaria, me di cuenta de que necesitaba a alguien que me escuchara… Sabía que podía expresar mis preocupaciones sin que nadie me juzgara». Para muchos estudiantes, el internado en el LJSS es su primera experiencia de vida lejos de la familia y de su comunidad. Los estudiantes necesitan apoyo y recursos adicionales en el campus que les ayuden a vivir de forma más independiente. Samantha compartió que su consejero «me ayudó a superar el problema y me escuchó atentamente. Recomendaría los centros de consejería a cualquiera que necesite ayuda y ser escuchado.»

En el LJSS, la educación inclusiva no es sólo una filosofía; es un compromiso arraigado en la creencia de que la educación es un derecho para todos, no un privilegio. Mientras la escuela sigue defendiendo los valores de la inclusión, la atención holística y la educación de calidad, sigue siendo un hogar seguro para los alumnos, demostrando que todas las personas tienen derecho a prosperar académica, física y emocionalmente.